viernes, 2 de septiembre de 2022

Hoy vuelvo a la Dehesa de Montenmedio

 Una entrada de mi diario del viaje a Cádiz en la Semana Santa de 2008:

 Lunes, 17 de marzo - Regreso a casa

Puente de cerámica de Shen Yuan
 
Dejamos nuestro hotel en Zahara con pena porque se nos acaba este maravilloso viaje  y volvemos muy tranquilamente a casa haciendo varias paradas. 
Primero paramos en Barbate a comprar salazones, luego en la Dehesa de Montenmedio a ver la colección de esculturas al aire libre, pero no vimos toda la colección porque la visita era muy larga y nosotros teníamos aun un largo viaje por delante.

 

Quasi Brick Wall de Olafur Eliasson

Isa me había recomendado esta visita y yo la hice hace muchos años. No la disfruté todo lo que se merece porque era una parada en el viaje de regreso y aun nos quedaban muchos kilómetros por delante para legar a casa. 

Plansone Duty Free de Pascale Marthine Tayou

Me gustó mucho esta galería de obras de arte al aire libre. Me gustó el enclave, el paisaje mediterráneo de pinos, el verdor del campo de golf que rodeaba la dehesa de Montenmedio y, sobre todo, las originales esculturas esparcidas por el campo. 

Banco social de Jeppe Hein


En esa visita hice muchas fotos, como siempre, pero mis esculturas entre pinos no tenían nombre hasta que ayer leí el artículo de EL PAÍS SEMANAL.  

Árbol metálico de Roxy Paine

 Hoy he rebuscado en mi disco duro, en mi archivos de viejas fotos y he vuelto a recorrer esta galería de escultura contemporánea pero esta vez con la mejor guía posible, la directora de la fundación: Jimena Blázquez y ahora os traigo estas fotos que no os había enseñado antes con sus nombres y sus autores. 

Así la visita se puede disfrutar aun mejor.

¿Os venís?

Impresión del cielo de Gunilla Bandolin


¡También podréis jugar al golf!

 Yo os recomiendo, como hizo Isa, que paséis a ver las esculturas y a disfrutar de un momento especial cuando paséis camino de Vejer o del Trafalgar o de Zahara.  Es un paseo mágico.

Vejer al fondo, mas allá de los pinos

martes, 8 de febrero de 2022

Comienza esta aventura a Túnez

16-Julio-2007 -¡Empieza la aventura!
Por la A-92, camino de Sevilla

Hicimos buen viaje desde casa hasta Sevilla por la A-92 a pesar del tremendo calor de la campiña sevillana por esos pueblos llanos y amarillos que antes cruzaba la carretera nacional y que ahora se quedan lejos de nosotros: Estepa, Osuna, La Roda, El Arahal.

 Vinimos rápido y como salimos con tiempo ‘por si acaso’ llegamos muy pronto. Así que ya nos dio tiempo a recorrer todo el aeropuerto: tiendas, aseos, restaurante, cafetería, comercios, quioscos. Hemos visto que han abierto nuevas tiendas y han arreglado la zona de embarque desde la última vez que estuvimos aquí, cuando vinimos a recoger a Ara que venía de París en Navidad hace tres años. A pesar de los cambios sigue siendo un aeropuerto bastante chungo, está sucio, mal cuidado y como hecho a trompicones y eso que lo diseñó Rafael Moneo y lo hicieron nuevo para la EXPO92.

El embarque y el vuelo fueron puntuales y aunque todo transcurrió según el horario previsto, fue un día muy largo. Llegamos  al aeropuerto de Monastir Habib Bourguiba a las 11.20 de la noche. Un autobús recogió nuestro grupo para llevarnos al Hotel Occidental Monastir que estaba justo enfrente del aeropuerto.

Hotel Occidental Monastir

 Cuando llegamos ya eran las doce; nos dieron una ligera cena fría de restos y nos asignaron la habitación, un proceso siempre largo y pesado cuando se viaja con un grupo de turistas. Hasta la una de la madrugada no nos fuimos a la cama a dormir.Solo unas horas de sueño porque teníamos que madrugar. 

No me importó estar en el hotel tan poco tiempo; el hotel no se merecía más: era feo, descuidado y decadente.  Si la cena había sido mala, el desayuno no fue mejor. Como nos levantamos a las seis, aun no estaba preparado y solo tomamos un café y unas galletas y nos dispusimos a vivir otro largo día.

lunes, 7 de febrero de 2022

Houm Souk - Isla de Djerba

Jueves, 19 de julio   Primer día de relax y vacaciones.

La fortaleza del os españoles
Las balas de los cañones

  Un taxi nos llevó desde nuestro hotel a Houm Souk. Nos dejó en una gran explanada cerca de la orilla del mar, junto a la Fortaleza de los Españoles, un autentico castillo construido para defender la ciudad contra los ataques de los turcos, quienes finalmente conquistaron la ciudad y echaron a los españoles de allí. Están restaurándolo pero pudimos visitar algunas salas y ver las balas de piedra allí almacenadas.

El castillo era interesante y las vistas hacia la bahía eran muy bonitas, el mar estaba totalmente en calma, se veían algunos barquitos de pesca a lo lejos. El calor era tolerable y el paseo fue agradable.

El expositor de la ropa

Cuando salimos de la Fortaleza paseamos tranquilamente por el mercadillo situado en la explanada donde nos había dejado el taxi.  Era un mercadillo autentico y local, no para turistas. Algunos comerciantes habían colocado su mercancía en el suelo y otros exponían la ropa colgada de los árboles. también había también tenderetes y puestos de especias, ropa, cerámica, comida, música y toda clase de cacharros y útiles de cocina. Todo era muy barato y muy popular. 

Pasamos el resto de la mañana en la ciudad. Ya hacía muchísimo calor y yo sudaba todo el rato, pero era más tolerable por las callejuelas del zoco donde dimos vueltas y vueltas como si fuera un laberinto; pasábamos una y otra vez por las mismas callejas, esquinas y tiendas. En un cafetín encantador nos sentamos un rato bajo las adelfas y los arboles en un rincón fresco entre turistas y locales a tomar un zumo de naranja recién exprimida. Allí recuperamos fuerzas para seguir con el paseo, las fotos y las compras.

Esto de las compras lo lleva Pedro que es quien sabe regatear. Compramos una pulsera de plata labrada y un collar de lapislázuli en una joyería judía. El hombre nos pidió 200 dinares al principio y finalmente pagamos 130. Al final no sabes quién se queda con quién, como siempre. 

También compramos una tela grande blanca, una especie de lienzo con cintas de colores cosidas en el borde a modo de cenefa, que son las telas que usan todas las mujeres de Djerba para envolver su cuerpo cuando salen a la calle y también las usan como tapetes de mesas y muebles. Las hay por todos sitios y son alegres y preciosas, yo ahora la uso para ir a la playa.

Yo hacía fotos todo el tiempo de todo lo que veía a mi alrededor, todo me encantaba y me llamaba la atención y me lo quería llevar en mis recuerdos y en mi corazón. 


Fotografiaba las esquinas, las ventanas, los rincones, los puestos del mercado de Houm Souk. Me parecían preciosas las casas pensiones, una especie de fonda donde todas las habitaciones se distribuyen alrededor de un patio central en la planta baja y con una galería corrida en la primera planta, como las corralas de vecinos, o las ventas antiguas.

  La mayoría de estas fondas se han reconvertido en hotelitos y en una de ellas estaba el Albergue Juvenil. Pintadas de blanco con las ventanas y puertas en el color azul típico de Túnez, con adelfas rosas y blancas plantas en las macetas del patio, eran tan fotogénicas que no podía parar de hacerles fotos.

Para volver al hotel cogimos un taxi de nuevo. Fue fantástico no tener que regatear, ¡nos cobró justo lo que marcaba el taxímetro!




Prohibido parar - como en la bici

Túnez - Viernes 20 de julio - Una larga y maravillosa jornada de turismo

Cuando salimos del hotel con nuestro grupo, a las 5.30 de la mañana, aun era noche cerrada y nos amaneció mientras esperábamos la salida del transbordador que nos sacaría de la isla de Djerba.

 Eran las siete de la mañana y fue maravilloso disfrutar de la luz del sol saliente que se reflejaba en el agua del puerto entre los barcos de los pescadores.

Un chaval acariciaba un camaleón y lo dejaba posar para que los turistas le hiciéramos fotos. Yo me asomé por las ventanas con celosía de la parada del puerto y vi las pequeñas barcas de pesca volver a puerto tranquilamente sobre un mar de color rosa. Fue el único momento fresco natural de todo un largo día.

Tomamos el ferry para llegar a tierra firme. Refugiados en el frescor del aire acondicionado y adpatados a nuestro papel de turistas, estabamos preparados para que nuestro guia nos llevara a donde él decidiera, aunque fuera al mismísimo desierto. Eso fue lo que hizo.

Primera paradaMatmata.  Visitamos la viviendas trogloditas excavadas en la roca. Lo curioso es que no estaban excavadas en paredes, como las que hay en el Sacromonte o en Guadix; estas viviendas de Matmata están excavadas en el suelo, son subterráneas y se abren a un gran pozo vertical a donde dan las puertas de las otras cuevas. 

 Nosotros visitamos una de estas casas-cueva que tenía  el aspecto de haber sido diseñada especialmente para las visitas turísticas, pero mantenía el encanto de estas construcciones.  Un hombre y una mujer mayores con la vestimenta típica de la zona nos enseñaban su casa y sus rincones: la cocina, el dormitorio, las alacenas, las cortinas que separaban las habitaciones. La mujer preparó unos panes en un horno colocado en el exterior de la cueva y nos los ofreció calientes para mojar en un cuenco con aceite al terminar la visita. Nos vendió unos pequeños tapices por diez dinares que se suponía que los hacía ella misma, pero los hay a miles en cualquier zoco. A pesar de estos pequeños ‘montajes’ a mí me gustó mucho esta visita.
Me gustó la casa, el camello atado a la puerta para hacernos las fotos, el horno antiguo, un váter letrina en lo alto de unas piedras. Todos hicimos fotos y nos reímos y regresamos al aire acondicionado del autobús.

En un blog de viajes, Un Mundo Interminable encontré esta información sobre la casa de los padres adoptivos de Luke Skywalker:   El interior de la casa está rodado en Matmata, en lo que antiguamente fueron viviendas bajo tierra para los bereberes que excavaban la arena arcillosa buscando temperaturas más agradables y constantes. Hoy en día es un hotel troglodita, Sidi Driss. Este hotel dispone de 5 patios y uno de ellos, el  patio Star Wars, es el que se utilizó para escenificar el comedor, la cocina y el patio de los Lars, los padres adoptivos de Luke Skywalker. 

Camino de Douz - casi desierto

 El camino desértico recordaba al principio a la zona de Guadix y la Hoya de Baza.  Cuando el paisaje se volvía cada vez más seco y con muy poca vegetación recordaba al desierto de Tabernas por la carretera de Almería, pero finalmente en Douz por fin llegamos al autentico desierto de arena.

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